El marketing siempre ha sido marketing, hemos cambiado la forma o el canal para comunicar pero el fondo permanece igual. Pongamos la vista 40 años atrás, seguíamos dejándonos influenciar por la recomendación de la vecina (el famoso boca a boca) o por alguna actriz del momento en televisión anunciando lo maravilloso que era ese o aquel producto.
Éramos nosotros los verdaderos prescriptores e influencers pero, ¿qué ocurrió entonces? Ya no solo teníamos una única marca de detergente, aumentaron las opciones y la competencia se hizo brutal. Así que el marketing se hizo más y más agresivo utilizando todo lo que tenía a su alcance. Con el mundo online, la opinión de la vecina dejó paso a los influencers, ¿pero quiénes son? Básicamente se trata de personas con gran presencia y repercusión en redes. Aquellos que cuentan con la confianza de un target concreto y que se convierten en prescriptores.
¿Por qué puede ser positivo contar con influencers en tu estrategia?
- Se trata de personas especialistas en un determinado sector: maternidad, motor, moda…
- Son activos en redes sociales y ganan adeptos cada día.
- Cuentan con la confianza de tu público objetivo.
- Saben cómo dirigirse a su audiencia.
¿Qué debemos tener en cuenta a la hora de elegirlos?
- Perfil del influencer: es vital que analices si el influencer entraría dentro de tu público objetivo. Por ejemplo, si yo comercializo una marca de comida para perros no me sirve como primer filtro aquellos influencers que sean amantes de los animales sino que tengo que segmentar aún más y buscar a un futuro prescriptor con perro.
- Estilo: cada influencer tiene un estilo propio. Algunos más descarados, otros más tradicionales… es prioritario identificar cómo se expresa, cómo se relaciona con su audiencia… puede que cuando se encargue de hablar de tu producto te pase mil borradores del copy y sepas perfectamente qué va a decir pero, ¿qué ocurre con el resto de mensajes? Por ejemplo, ¿te gustaría asociarte a un influencer que use el humor negro? ¿O que utilice demasiados tacos? Son muchos los que alguna vez han tenido una crisis y eso ha perjudicado a las marcas que representaba. El primer ejemplo que se me viene a la cabeza es el de Jpelirrojo y Maxibon.
- Seguidores: deja de fijarte en el número de seguidores. No nos sirve de nada un influencers con 500.000 seguidores si nadie interactúa con él. Os sorprenderíais de las prácticas que he llegado a ver que llevan a cabo algunos (esto evidentemente no se puede generalizar) por hacer crecer su comunidad. Observa si su comunidad es activa, eso es lo importante. Además es importante conocer sus intereses, qué contenidos demandan…
- Capacidad de convocatoria: muy relacionado con el punto anterior es conveniente averiguar si el influencer es capaz de movilizar a su comunidad hacia el objetivo de nuestra marca.
- Predisposición: si vas a cerrar un acuerdo a largo plazo es vital que «tantees» la implicación del influencer con tu marca para no perder el tiempo recordándole el timing de publicaciones, el hashtag, el reporte… además para mí ganan puntos aquellos que no te ponen pegas ante los cambios y se les nota entusiasmados con los proyectos. En estos casos la marca queda contenta y seguramente querrán volver a contar con él/ella.
Ahora que ya sabes lo importante que es contar con influencers en tu estrategia, ¿quieres que te ayude a sacarles partido?